Llegó el momento de despedir este 2010, un año que definitivamente marcó otra etapa y muy importante.
Había sido un verano agradable, ocupado con preparativos de mi cumpleaños de 15, con el gran apoyo de mis familiares. Cuando comenzaron las clases, me encontraba en un nuevo establecimiento con nuevos compañeros y compañeras, y otros/as del colegio anterior, acompañándonos mutuamente en esa nueva etapa. Teníamos muchas incógnitas por responder.
Llegaron mis 15 años, ese 15 de marzo del 2010 no había quién me quitara la sonrisa de la cara, me hicieron sentir muy querida, quizás por el hecho de ser mi cumpleaños y nada más, pero me había hecho muy bien y recibí cartas hasta de personas que jamás creí. A continuación de esto, mi fiesta de 15. Sin palabras.
Estas cosas fueron puntuales, el resto del año fue realmente un lío, del cual siempre supe acomodarme. Nunca tuve tantos conflictos con personas como en este 2010, tanto con amigos como con familiares, y los familiares no fueron las típicas dificultades de convivencia, sino que hasta las discusiones difirieron, pero también ayudaron, al fin y al cabo, a mejorar mi relación con ellos.
Empecé a mostrarme de una manera menos sumisa a lo que acostumbro ser, lo que me llevó a sentir un poco más de respeto de los demás hacia a mí. Y, si bien, me llené de errores y culpas, todo sirvió y sirve (porque todavía hay cosas que no aprendo) para dejarme algo.
También experimenté una nueva actividad, el taller de comedia musical, cerrando el año con una muestra muy linda. Agradezco a las profesoras.
La música ocupó un lugar particular este año, la verdad, siempre fue así, pero difiere en que presencié shows realmente espectaculares que llenaron mi alma de vida.
Conocí gente nueva con la cual me encariñé muchísimo y espero vigorizar eso en este año que comienza. Sabrán a quiénes me refiero.
¡Las chicas!, Juli, mi amiga de toda la vida, Eve, con quien compartí innumerables cosas que sobrepasaron lo que era nuestra relación de antes por completo, Maru, Valen, Luchi, Cami, Flor, no les puedo explicar lo bien que me hicieron este año, agradezco con la vida haber soldado una relación mucho más fuerte y estable con ustedes. Nuestras salidas fueron geniales y siempre me sacaron carcajadas. De corazón, amigas, me dieron mucho y me alegraron todas las mañanas.
Mi amigo, mi mejor amigo, Mati, siempre ahí, conmigo en las buenas y en las malas. También nos la pasábamos discutiendo un poco, pero siempre terminábamos bien. No tengo más que palabras de agradecimiento por ser tan fundamental en mi vida.
Agus, vos también estuviste ahí conmigo siempre, dándome tus palabras y tus puntos de vista de las cosas. Aprendí y sigo aprendiendo mucho de vos, amiga. Gracias.
No sé, no me gusta hacer menciones especiales en un mismo texto, pero creo que valía la pena más allá de todo.
En fin, este año fue un disturbio, ¡lo cual me encantó! Por momentos mi cabeza no daba más, pero si hay algo que aprendí puntalmente, gracias a una persona, es que hay que tratar de estar bien siempre, porque, muchas veces, no vale ni un poco la pena ponerse tan mal. Estas cosas te las dicen muchas veces, pero solamente a partir de algo te entra en la cabeza.
Estos líos sirvieron, de mucho, y me van a seguir ayudando. Rescato todo esto junto con la tenacidad de vínculos con personas como las que nombré, sumadas las inolvidables charlas con personas más grandes, como Cala y, mi entrenador tan querido, Pablo.
Yo sé que, en realidad, “año nuevo, vida nueva” NO, pero todos tenemos esa sensación, ¿o no? Lo que sí, es la continuidad del año que se va, el cual aplaudo y despido con una sonrisa. Hay miles de cosas que quiero hacer, nuevas prácticas y formas de vida que quiero experimentar también. Espero llegar a mis cometidos.
Muchas gracias a todos, y hoy brindo por un 2011 con más alegrías que penas y más amor que peleas (soy una genio rimando).
¡Feliz año nuevo!